Espero que todo vaya bien, te lo mereces. En esos momentos en que yo tenía todo le rogué al cielo que te diera todo lo que te merecías, te mereces todo. Fuiste mi ángel y no tengo palabras para agradecerlo, lo recuerdo a cada instante. Fue como jalarme ante de saltar al abismo.
Yo juré que todo duraría una eternidad porque cada instante lo sentía eterno. Creo que ese sentimiento de eternidad se debía a la divinidad de todo lo que me estaba pasando. Gracias por mover cielo y tierra para que esto se diera, por llevarnos de la mano. Te quiero.
lunes, 31 de marzo de 2008
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